lunes, 1 de diciembre de 2014

VALPARAÍSO, TE AMO

Te miro desde la proa de mi barco viejo,
con vértigos de olas en el alma,
buscando los ojos de la luz,
que corre roja y amarilla,
pervertida,
hacia el muelle Prat.
Y como tarde,
cuando regreso del mar,
invicto de las fiebres y los temporales,
siento que los demonios del viento
se elevan,
se esconden mar adentro,
huyendo de las gaviotas plateadas.
Guardo los miedos en los canastos,
entre los peces que saltan,
agonizando, y rezo,
mientras bailan ráfagas de luces
de una acuarela,
que baja desde los cerros,
haciendo señales,
levantando las manos
hacia la bahía.
La luna se asoma sigilosa,
para volver a ocultarse,
tras las puertas prohibidas del amor,
donde fermentan los vinos marineros.
Mi corazón se tiende
a la orilla de la playa,
para mirar hacia el cielo
y gritarle a los cerros,
donde viven las nubes:
!Valparaíso, te amo!

                                                  


Foto: Carolina Villarroel



                                                     

jueves, 21 de agosto de 2014

ESTOCOLMO

El lago congelado,
por la tarde,
tiene una música lejana de pianos y violines,
arpegios y acordes de luz,
abrazados al viento helado,
que corre a buscar azul,
hacia el mar.
Los peces,
extrañan el aletear de los pájaros,
que no han vuelto a la Ciudad Vieja.
Pero,
como ocurre siempre en invierno,
Cuando el lago muestra sus espejos,
aparecen barcos fantasmas vikingos,
que vienen de la isla de Birka,
para mirar al cielo,
la aguja dorada del Palacio de la Reina.

La vida,
queda varada en el lago Mälaren,
hasta que el sol vuelva a besar a Estocolmo.