domingo, 4 de octubre de 2015

PAPEL PICADO

Nos tocamos con los ojos
cuando nadie nos ve
y nos besamos en el aire
cuando las sombras se rozan.
Desde lejos, y escondida,
me soplas con un beso,
el olor a jazmines de tu pelo
y todos los secretos
que nos prenden la piel.
No es posible, entonces,
calmar este amor ansioso
que te quiere desnudar ahora,
por la orilla de la playa,
y nacer contigo
sobre la espuma del mar.
Pero te dejo ir, cobarde,
con el corazón
como papel picado,
desangrándose,
maldiciendo mi mala suerte,
y sin respirar los vientos
que te besan el vestido.
Te escribo cartas todos los días,
para que las lea el mar,
y te espero,
al otro lado de la niebla,
sin entender,
que mañana será peor,
y que yo, no puedo ser él...

miércoles, 23 de septiembre de 2015

EL TREN DE NERUDA

Hay trenes viejos, en el sur de Chile,
que tienen memoria,
y guardan el bullicio y el aire,
de todos los sitios que pisaron.
Sobrevivientes de acero,
se quedaron dormido,
sin fuerzas para llorar,
con los cristales rotos,
en las últimas esquinas,
de las huellas zigzagueantes de los cerros.
En uno de ellos,
en los últimos ramales de Temuco,
vive un hombre extraño,
que conoce las palabras más encendidas
y bellas,
las que tienen acentos de luna,
y arrastran todas las nostalgias de la lluvia.
Las guarda celosamente,
para conjugar los sueños,
y los recuerdos manchados de sangre.
A veces,
reniega y llora,
porque le quemaron los días,
los libros y las ideas.
Tiene vientos de otras tardes en el pelo,
cartas de amor en los ojos,
peces con luces en las manos.
Cuando la noche se alumbra de luna llena,
Pablo usurpa el silencio,
en el tren de su padre,
y recita...

lunes, 10 de agosto de 2015

SI HUBIESES NACIDO

Si hubieses nacido, amapola,
con ojos de cielo
y risa pura como el agua,
habría inventado
una alfombra de girasoles,
en los rasgos desconocidos
de tu cara,
e iría de tu mano,
sin absurdos rencores,
con el polen de mi alma
en tu mirada.
Te habría amado
con locura irreverente,
sin olvidos,
ni distancias irreparables,
y en el éxtasis
de llamarte hija,
bailarían mariposas
en tu pelo.
Habrías sido,
silencio roto,
río impetuoso
de mis ternuras retenidas,
espejo de todos los días,
último suspiro de las dudas.
En el mar del sur
volverían a navegar mis sueños,
y llegaríamos al sol,
en un barco de delfines.
Si hubieses vivido,
flor marchita,
habríamos nacido juntos,
y en una vieja canción de cuna
dormirían los fracasos
y las penas.
Y es cierto,
te habría amado más que a ella...

martes, 4 de agosto de 2015

AL FINAL

Cuando me haya ido,
irremediablemente,
en el último viaje
de mi propio calendario,
dejaré mis sueños,
los libros y otros versos,
escondidos en la luna
que pintamos en el patio.
!A ver si los encuentran
los que vienen rezagados!,
mis hijos y sus hijos,
los amigos más leales,
los que aman el lenguaje
de los pájaros y las flores,
aquellos que aprendieron
a respetar el amor.
Tal vez, mis poemas,
en otros ojos,
vuelvan a enamorarse
del aire,
y aprendan,
definitivamente a volar.